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Los profesionales del centro recuerdan que antes de zambullirse en el agua hay que contrastar que la seguridad sea completa.

El Hospital de Parapléjicos recomienda prudencia a los bañistas para evitar lesiones medulares por zambullidas.

En lo que va de año el centro sanitario toledano ha atendido dos casos de lesiones medulares como consecuencia de una mala zambullida.

Ante el comienzo de las vacaciones para muchos de los españoles, el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo recuerda un año más a los bañistas la necesidad de tener una actitud prudente a la hora de lanzarse a una piscina, en el río o en el mar, ya que una mala zambullida puede tener consecuencias tan negativas como una lesión medular.

Las zambullidas son la causa de una media del 5% del total de las lesiones medulares tratadas en el centro sanitario toledano en los últimos cinco años. En este periodo de tiempo el Hospital Nacional de Parapléjicos, dependiente del SESCAM y especializado en la rehabilitación integral de personas con lesión medular, ha atendido a un total de 46 personas por esta causa. En lo que va del año 2006 dos personas han ingresado en el hospital por este motivo.

La principal causa que provoca estas cifras es que algunos bañistas no tienen conciencia del peligro que puede suponer sumergirse en el agua de forma inadecuada. Según los profesionales del Servicio de Rehabilitación y del Servicio de Medicina Interna del Hospital Nacional de Parapléjicos, seguir unas normas de sentido común y una mayor concienciación ciudadana de los peligros que suponen las zambullidas puede prevenir este tipo de accidentes.

En este sentido, recuerdan que es una imprudencia y una temeridad tirarse de cabeza en un paraje desconocido, en lugar de sumergirse lentamente y con precaución. Además, insisten en la importancia de conocer la profundidad de una piscina, un río o el mar sobre todo en relación con altura desde la que uno se sumerge. El bañista ha de zambullirse con los brazos situados en prolongación del cuerpo, protegiendo el cuello y la cabeza.

Por otra parte, en caso de que se produzca un accidente, y ante la necesidad de la recogida y manipulación de la víctima, es muy importante inmovilizar el cuello, evitar movimientos de la columna y avisar a un profesional para que realice el traslado. No se debe transportar al lesionado en un vehículo utilitario.

Desde el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo se recomienda, por tanto, comprobar la profundidad del agua en la zona en la que vamos a entrar de cabeza. Por norma general deberá haber más de 1,5 metros de profundidad y si el bañista se lanza desde una mayor altura, la profundidad también tiene que ser mayor.

Si el agua está turbia y no hay visibilidad conviene inspeccionar previamente la zona para comprobar su profundidad y que no haya elementos sumergidos como rocas, árboles u otros objetos contra los que se puede impactar.

En lugares naturales como ríos, lagos, mar o embalses los niveles del agua pueden variar de un día para otro por las mareas, aperturas o cierres de compuertas, por lo que es conveniente comprobar siempre la profundidad. Otra de las recomendaciones es no saltar de cabeza desde demasiada altura ya que una mala técnica de entrada puede causarnos lesiones tan solo golpeándonos con el agua.

Por otra parte, si el bañista se lanza de cabeza contra las olas debe comprobar que la profundidad después de la ola es suficiente. En cualquier caso, sólo es aconsejable zambullirse cuando la seguridad sea completa.

El coste social y familiar de estos accidentes es enorme por lo que los profesionales del centro insisten en un mensaje preventivo que, merecerá la pena, con que sólo sirva para evitar uno de estos casos.

El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo es el único centro donde el paciente con lesión medular recibe un tratamiento integral, primero como agudo y posteriormente en toda la asistencia rehabilitadora.

Fuente información www.jccm.es