Finaliza el Aula de Integración

Los organizadores realizaban un primer balance "muy satisfactorio" de la temporada recién concluida (el Aula se celebra a lo largo de siete meses en sesiones semanales, en las tardes de los miércoles). La metodología con la que se desarrolla sigue siendo la misma desde su creación (aunque se varían cada año algunas actividades organizadas) "porque es una forma de educarlos, jugar y tratar de que se relacionen entre ellos que nos sirve muy bien para lograr los objetivos que nos marcamos al inicio de cada año".
En la temporada 2002-2003, un total de quince han sido los jóvenes que han tomado parte de forma continua desde el inicio el pasado mes de octubre; "es un número ideal porque si masificáramos la participación probablemente no podríamos inculcar en ellos lo que pretendemos". En la última de las sesiones del Aula los propios participantes evaluaron los distintos juegos, talleres y actividades celebrados a lo largo de la temporada: "los de manualidades son los que más les gusta".
Una de las coordinadoras del Aula, Cintia García, destacaba la presencia este año de dos monitores voluntarios "a los que hay que agradecerles su participación en la programación; su trabajo con los niños ha sido muy importante". Uno de los aspectos más valorados este año por los organizadores ha sido "el buen grado de integración, de compañerismo, de compartir y el buen ambiente" entre los asistentes.
El objetivo de esta actividad del área de bienestar social es ofrecer a los jóvenes con diverso tipo de minusvalía la posibilidad de relacionarse y convivir con otros. El "Aula", entre otras finalidades, pretende educar en valores de respeto hacia los demás, de convivencia y de solidaridad, intentando eliminar "barreras mentales" para la total integración: "se trata de que comprendan que todos somos iguales, pero a la vez todos somos diferentes y hay que respetarse tal como somos".