Los vecinos reclaman acabar con el punto negro de la Nacional 401.
Un grupo de vecinos de Peralvillo se manifestó en la mañana de ayer en el punto kilométrico 178,500 de la N-401 para exigir a las administraciones la toma de medidas para poner fin a los continuos accidentes de tráfico que se han registrado en la conocida como "curva de Peralvillo", que tiene muy poca visibilidad.
Esta acción reivindicativa viene motivada por el accidente ocurrido el pasado sábado, cuando tuvo lugar una colisión entre dos vehículos que provocó que un tercero se saliera de la vía. En el siniestro falleció el conductor de uno de los coches, de 60 años de edad, y resultaron heridas cuatro personas, entre ellas un bebé de sólo un año de edad que continúa en el UCI pediátrica en estado crítico. Su madre, de 35 años, y un hermano, de 15, fueron dados de alta la misma noche del sábado, mientras que la esposa del fallecido, de 52 años, permanecía ingresada en esta grave.
Entre los manifestantes se encontraba Luis Ruiz Orejón, guarda rural del Ayuntamiento de Miguelturra destinado en Peralvillo, quien señaló que desde 1984, en que accedió al puesto, ha visto numerosos accidentes en ese lugar, al que se refirió como "punto negro", pese a que oficialmente no tiene tal consideración por parte de la Dirección General de Tráfico.
En concreto, señaló que en los últimos seis o siete años han perdido la vida cerca de una decena de personas. Además, también son frecuentes las salidas de la vía de vehículos que acaban en el río cercano.
Todo se debe, según los vecinos, al peligro que supone un cambio de rasante al que sigue, en dirección a Toledo, una curva en la que hay varios árboles con ramas de envergadura que se introducen en la carretera. Estos factores generan una falta de visibilidad a la que se une, en días de lluvia o niebla, un perjuicio a la adherencia de las ruedas al asfalto.
Ruiz Orejón, cuyo hijo se salió en una ocasión de la carretera en este punto, aunque resultó ileso, reclamó una solución para este tramo de la N-401. Así, señaló que habría que reducir el cambio de rasante, podar los árboles y señalizar mejor la zona para que los conductores sean conscientes de la peligrosidad de la misma.
"Pedimos una solución técnica para que no haya más muertes porque con el accidente del sábado ya es suficiente", afirmó.
La protesta de ayer fue, en palabras del guarda rural, "un primer intento" para que las administraciones tomen conciencia del problema. "Esperaremos a ver qué pasa y decidiremos qué hacer", señaló Ruiz Orejón, que dejó la puerta abierta a futuras acciones reivindicativas de ahora en adelante.
Fuente información Fernando Domínguez. www.eldiadeciudadreal.net. 13-10-2010
Esta acción reivindicativa viene motivada por el accidente ocurrido el pasado sábado, cuando tuvo lugar una colisión entre dos vehículos que provocó que un tercero se saliera de la vía. En el siniestro falleció el conductor de uno de los coches, de 60 años de edad, y resultaron heridas cuatro personas, entre ellas un bebé de sólo un año de edad que continúa en el UCI pediátrica en estado crítico. Su madre, de 35 años, y un hermano, de 15, fueron dados de alta la misma noche del sábado, mientras que la esposa del fallecido, de 52 años, permanecía ingresada en esta grave.
Entre los manifestantes se encontraba Luis Ruiz Orejón, guarda rural del Ayuntamiento de Miguelturra destinado en Peralvillo, quien señaló que desde 1984, en que accedió al puesto, ha visto numerosos accidentes en ese lugar, al que se refirió como "punto negro", pese a que oficialmente no tiene tal consideración por parte de la Dirección General de Tráfico.
En concreto, señaló que en los últimos seis o siete años han perdido la vida cerca de una decena de personas. Además, también son frecuentes las salidas de la vía de vehículos que acaban en el río cercano.
Todo se debe, según los vecinos, al peligro que supone un cambio de rasante al que sigue, en dirección a Toledo, una curva en la que hay varios árboles con ramas de envergadura que se introducen en la carretera. Estos factores generan una falta de visibilidad a la que se une, en días de lluvia o niebla, un perjuicio a la adherencia de las ruedas al asfalto.
Ruiz Orejón, cuyo hijo se salió en una ocasión de la carretera en este punto, aunque resultó ileso, reclamó una solución para este tramo de la N-401. Así, señaló que habría que reducir el cambio de rasante, podar los árboles y señalizar mejor la zona para que los conductores sean conscientes de la peligrosidad de la misma.
"Pedimos una solución técnica para que no haya más muertes porque con el accidente del sábado ya es suficiente", afirmó.
La protesta de ayer fue, en palabras del guarda rural, "un primer intento" para que las administraciones tomen conciencia del problema. "Esperaremos a ver qué pasa y decidiremos qué hacer", señaló Ruiz Orejón, que dejó la puerta abierta a futuras acciones reivindicativas de ahora en adelante.
Fuente información Fernando Domínguez. www.eldiadeciudadreal.net. 13-10-2010