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El Jardinero "J" trajo las herramientas de labor y habló a los alumnos y alumnas del Centro de Educación sobre su vida y de lo que hay en ese huerto

Magia en el huerto del Colegio Público El Pradillo

Al Colegio Público "El Pradillo" de Miguelturra ha venido a visitarnos uno de los personajes que viven en el mágico país de las letras, que los alumnos de cuatro años de Educación Infantil tienen en su clase. Se trataba del jardinero J, que en un halo de fantasía pasó del papel a la realidad. Y, trayendo todas las herramientas con las que trabajaba, les habló de su trabajo en el huerto, de su vida allí y de sus grandes amigos. De entre todos ellos, destacó a su amigo el espantapájaros.

Los niños, sorprendidos, le dijeron que en su Colegio también tenían un huerto que entre todos habían ayudado a cuidar y crecer.

Le contaron que en él también vivía un bonachón espantapájaros muy parecido al de su país, que era tan especial que en vez de ahuyentar a los pajarillos, les daba cobijo y cariño.

Juntos fueron a verlo. El jardinero les enseñó a utilizar sus herramientas y con mucho cuidado rastrillaron, podaron y airearon la tierra.

De pronto se quedó pensando y escuchando la voz secreta del espantapájaros; juntos propusieron un plan a nuestros niños: hacer magia con las verduras y hortalizas del huerto. Pero ¿qué clase de magia? se preguntaron los niños.

Nuestro amigo el jardinero no quiso adelantarles nada y les dijo que para adivinarlo solo tendrían que esperar al día siguiente, volver al mismo sitio y descubrir un mensaje que todos deberían seguir paso a paso para llegar a descubrir la magia secreta que ellos no conocían y que existía dentro de su huerto.

Avisaron a sus papás y mamás. Y todos juntos descubrieron que allí, y al lado del espantapájaros, había un gran mensaje.

Siguiendo atentamente sus instrucciones seleccionaron y recogieron los productos que les pedía el jardinero: cogieron zanahorias, seleccionaron maíz y remolacha y recolectaron acelgas, espinacas y perejil.

Todos juntos y con la ayuda de las mamás, fueron a clase, cortaron, trituraron y machacaron todo lo recogido. ¡¡ No veáis con qué entusiasmo manejaban los morteros !!. Añadieron un poquito de alcohol y dejaron reposar la mezcla. Había llegado el momento.

Pasado un tiempo volvieron. Colaron la mezcla y ¡¡sorpresa !! de cada bol salieron líquidos de colores: naranja, rojo, amarillo y verde. La magia de la que les había hablado el jardinero y que se escondía en su huerto existía. Cada hortaliza, cada verdura, podía ofrecernos su color y allí estaban todos en sus mesas de trabajo.

Armados con telas, papeles, pinceles y cuerdas dieron rienda suelta a su imaginación y creatividad. Nuestros pequeños artistas nada tenían que envidiar a Picasso, Miró o Dalí.

Experimentaron con el color y se lo pasaron en grande. Descubrieron que con las verduras y hortalizas de su huerto no solo se podía hacer ricas comilonas, también se podría llenar de magia y color su escuela.

Gracias a todos por hacernos partícipes de estas vivencias con nuestros hijos. Junto a ellos hemos aprendido a utilizar todo lo que tenemos en nuestro colegio para experimentar, investigar, crear y aprender como si de un juego se tratara convirtiéndonos en pequeños artistas.


Fuente información
Pilar Mendoza Castellano. Directora del Colegio Público El Pradillo de Miguelturra.