Historias reales sobre la acogida en una familia de un pequeño saharaui
¡Hola! Me llamo Abba y soy un niño saharaui. Hace pocos meses un señor fue al colegio y dijo que tenía que hacerme una foto para el pasaporte. Ya tengo 8 años y éste será el primer verano que pasaré fuera de casa. Cuando llega el calor es muy difícil vivir en los campamentos. Mi padre me cuenta que cuando él era pequeño vivía en un lugar que tenía playa y árboles y el calor no era un problema; además había trabajo y comida..., pero yo nunca he visto todo eso de lo que me habla, dice que se llama Sahara Occidental y que cuando él era como yo, era una parte de España. Desde que nací dicen que soy refugiado, no sé porqué, a mi me gusta más que me llamen saharaui, como a mi padre y mi abuelo.
Mamá lleva unos días un poco nerviosa, creo que más que yo. Dentro de un mes la mayoría de los niños empezarán a salir de aquí para pasar el verano en otros países. A mí me da mucho miedo dejar todo esto pero mis hermanos dicen que no pasa nada, que las familias que acogen siempre son muy buenas. Todos los veranos a mi me dejaban solo aquí y cuando ellos volvían estaban más guapos, más grandes y cargados de regalos para todos; además me han contado un montón de cosas que podré ver allí.
Me gustaría conocer ya a mi familia para que hablara con mamá y le dijera que no se preocupe, que su niño pequeño estará bien cuidado. Ella dice que este viaje es bueno para mí porque me llevarán al médico y me dirá porqué me canso tanto, me darán carne y pescado, podré tomar eso que llaman helado y que mi hermana Lala dice que está tan rico, y haré muchos amigos nuevos. Cuando vuelva del verano nos harán una fiesta en las dunas; a mi me encanta ir allí y dar saltos y bailar mientras los mayores hacen el té. Ojala mi nueva familia venga algún día a ver todo esto, no tenemos grandes ciudades, pero sabemos ser felices.
Echaré de menos el desierto, pero será poco tiempo, el necesario para coger fuerzas y venir preparado para seguir luchando junto a mi pueblo. Tengo que aprender mucho español porque todos dicen que los que más estudian tienen más posibilidades de buscar soluciones a este problema que yo entiendo en qué consiste. Si tenemos un país donde vivir, ¿qué hacemos en medio del desierto?
He pensado preparar alguna melfa y colgantes para caerles bien a la familia nueva, ¿te imaginas que algún día vamos a la piscina? Sería increíble, pero yo no sé nadar. Una vez vi una en un libro y soñaba como sería estar dentro, pero no pensé en nadar. Quiero aprender, a nadar y a muchas más cosas que aquí aún no me han enseñado. Lo único que pido es que me dejen llamar a mamá algún día para decirle todo lo que hago y que estoy bien, seguro que lo estaré. Me gustaría decirle tantas cosas a mi familia de acogida...
ABBA
Acoger a un niño en esta situación no es un acto de lástima, es una ayuda necesaria a los hijos de un pueblo que viven en el refugio desde hace 33 años. Colabora con este proyecto y solidarízate con una causa justa, para que estos niños tengan un verano digno. Ponte en contacto con SAYMI llamando al 679383903