Eliminar el consumo de alcohol, una herramienta eficaz en la prevención de accidentes.
El consumo de alcohol, en cualquiera de sus formas, no sólo no combate la deshidratación, sino que agrava los efectos de la exposición al calor, favoreciendo el riesgo de sufrir un golpe de calor. Además en los momentos de desplazamientos con el automóvil el alcohol se convierte en el gran enemigo del conductor y de nuestra salud, y no solo por la noche, también hay que eliminar su consumo durante el día.
Está demostrado que bebidas con un contenido igual o mayor a un 4 por ciento de alcohol (una cerveza está en torno al 4,5 por ciento) retrasan el proceso de recuperación por su conocido efecto diurético. Por ello, es una práctica muy desaconsejable el consumo de alcohol para hidratarse, incluidas las de baja graduación como son las cervezas.
Según el Dr. Antoni Gual, de la Unidad de Alcohología del Hospital Clínic de Barcelona, la cerveza es una bebida alcohólica que suele tener entre 4,5 y 7 grados, lo que significa que el alcohol constituye del 4,5 al 7 por ciento de su volumen. Y su consumo incontrolado, como el resto de bebidas alcohólicas, aumenta la deshidratación, favorece la adicción y genera daños irreparables en el organismo.
El alcohol disminuye incluso nuestra capacidad de resistencia por sus efectos sobre el metabolismo de los hidratos de carbono (disminuye la disponibilidad de glucosa en la sangre), sobre el sistema cardiovascular (puede disminuir la contractilidad del corazón y por tanto su capacidad para enviar oxígeno al resto de nuestro organismo) y sobre la capacidad de termorregulación (por su efecto vasodilatador que favorece la pérdida de calor).
Cantidad de alcohol.
Los riesgos para la salud no derivan de la graduación de la bebida, sino de su contenido alcohólico y de la cantidad final de alcohol puro tomada. Dicho riesgo no está en función del tipo de bebida que se ingiera, sino de la cantidad de alcohol contenido en la misma. Cualquier bebida que contenga alcohol es siempre potencialmente peligrosa.
"El alcohol provoca básicamente una deshidratación intracelular. Es por ese motivo que nunca veremos a deportistas (futbolistas, ciclistas, atletas, etc.) utilizar ningún tipo de bebidas alcohólicas como bebida hidratante en el curso de las competiciones deportivas. Por el mismo motivo se recomienda no consumir bebidas alcohólicas cuando el organismo se halla sometido a fuerte insolación" explica el Dr. Gual.
Tras una ingesta cuantiosa de alcohol, los síntomas típicos de la resaca tienen relación sobre todo con la deshidratación, pero también se puede comprobar un incremento de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial, una función ventricular disminuida y un desequilibrio ácido-base. Y la ingesta crónica de cantidades importantes de alcohol se asocia a múltiples déficits nutricionales así como a patología muscular, hepática, cardiaca y cáncer.
La mejor elección nocturna.
La relación entre el alcohol y los accidentes es bien conocida, indistintamente del tipo de accidentes (laborales, de tráfico, etc.). Concretamente, y según datos del Ministerio del Interior, la conducción bajo los efectos del alcohol es responsable del 30-50 por ciento de los accidentes con víctimas mortales, del 15 al 35 por ciento de los que causan lesiones graves, y del 10 por ciento de los que no causan lesiones.
Concretamente, en España el 62,9 por ciento de los conductores de vehículos son bebedores habituales (consumen bebidas alcohólicas al menos una vez por semana) y el 18,8 por ciento consumen una media diaria de alcohol absoluto de 80 o más gramos. Asimismo, entre las personas fallecidas en accidentes de circulación en el 50 por ciento de los casos se detecta alcohol, y en el 35 por ciento concentraciones superiores a 0,8 g/l.
El Dr. Gual advierte que "Aunque exista un límite legal de alcoholemia para conducir, ello obedece básicamente a presiones económicas. Desde la perspectiva científica, el riesgo se incrementa desde el primer consumo. Es importante señalar que pequeñas dosis de alcohol ya producen una ligera sensación de euforia que al volante de un automóvil pueden conducir a la toma de decisiones erróneas (por ejemplo, un adelantamiento muy ajustado), donde el riesgo es mayor de lo que le parece al conductor y las probabilidades de accidente se multiplican".
Y añade: "los riegos asociados al consumo de alcohol no dependen del tipo de bebida sino de la cantidad de alcohol consumida. Así por ejemplo, dos copas de cerveza tendrán el mismo efecto sobre el organismo que una copa de vino. Los refrescos no solo permiten apagar la sed, sino que reducen los riesgos asociados al ocio nocturno y permiten disfrutar también mucho más del día siguiente".
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ADELPHI TARGIS, Departamento de prensa / adelphitargis-prensa@impaccta.es