Despedida del Colegio Pradillo
La comunidad escolar de Miguelturra vivió intensamente la jornada del viernes: alumnos y profesores del llamado hasta ahora colegio público Nª 4 despedían el viejo edificio del colegio Pradillo (donde en sus aulas han desarrollado los primeros meses del curso 2003/2004). A los actos programados como despedida asistían también representantes del resto de la comunidad escolar de Miguelturra y miembros de la corporación municipal, entre los que se encontraba el alcalde, Román Rivero, además de padres y alumnos.
Un simbólico acto servía como mejor adiós a las aulas en las que durante los últimos cuarenta años numerosas generaciones de miguelturreños han cursado su primera formación. Será ya desde el próximo lunes cuando los actuales estudiantes del colegio comiencen a recibir las clases en las aulas del nuevo edificio (situado en la Avenida 1º de Mayo, frente a las instalaciones del antiguo matadero) cuyas obras concluyeron hace semanas.
El alcalde de Miguelturra, Román Rivero, se dirigía a los asistentes para compartir también los recuerdos evocados por el edificio, haciendo además un pequeño recorrido por las infraestructuras educativas creadas en la localidad desde la construcción de aquél primer colegio. El primer edil añadía que la "tristeza por el adiós debe ser momentánea" puesto que desde la semana próxima alumnos y profesores estrenarán unas nuevas instalaciones mucho más apropiadas y mejor dotadas para la enseñanza.
A lo largo de la mañana, numerosas fueron las anécdotas revividas por los primeros profesores y alumnos que ocuparon desde 1964 las aulas del edificio que ahora pierde la función para la que fue concebido. El actual director del colegio público nº 4, José Galán, recordaba justo antes de iniciarse el acto de despedida la evolución experimentada por el centro durante sus años de actividad, con la llegada del resto de edificios del conocido como colegio "Pradillo" (calle Ancha y Rodeo) que conformaban en los últimos años una misma unidad educativa. Tuvo en su intervención palabras emotivas para todos aquellos que han trabajado en la educación de los niños en sus aulas, recordando nombres propios que han pasado a la historia del centro.
Uno de los momentos más singulares de la jornada de despedida llegó cuando alumnos, profesores y padres rodearon las instalaciones del edificio para fundirse en un "emotivo abrazo" de despedida.
Un simbólico acto servía como mejor adiós a las aulas en las que durante los últimos cuarenta años numerosas generaciones de miguelturreños han cursado su primera formación. Será ya desde el próximo lunes cuando los actuales estudiantes del colegio comiencen a recibir las clases en las aulas del nuevo edificio (situado en la Avenida 1º de Mayo, frente a las instalaciones del antiguo matadero) cuyas obras concluyeron hace semanas.
El alcalde de Miguelturra, Román Rivero, se dirigía a los asistentes para compartir también los recuerdos evocados por el edificio, haciendo además un pequeño recorrido por las infraestructuras educativas creadas en la localidad desde la construcción de aquél primer colegio. El primer edil añadía que la "tristeza por el adiós debe ser momentánea" puesto que desde la semana próxima alumnos y profesores estrenarán unas nuevas instalaciones mucho más apropiadas y mejor dotadas para la enseñanza.
A lo largo de la mañana, numerosas fueron las anécdotas revividas por los primeros profesores y alumnos que ocuparon desde 1964 las aulas del edificio que ahora pierde la función para la que fue concebido. El actual director del colegio público nº 4, José Galán, recordaba justo antes de iniciarse el acto de despedida la evolución experimentada por el centro durante sus años de actividad, con la llegada del resto de edificios del conocido como colegio "Pradillo" (calle Ancha y Rodeo) que conformaban en los últimos años una misma unidad educativa. Tuvo en su intervención palabras emotivas para todos aquellos que han trabajado en la educación de los niños en sus aulas, recordando nombres propios que han pasado a la historia del centro.
Uno de los momentos más singulares de la jornada de despedida llegó cuando alumnos, profesores y padres rodearon las instalaciones del edificio para fundirse en un "emotivo abrazo" de despedida.
