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La Escuela Taller Amelgares entra en la recta final de su proyecto.

El Vivero de Empresas comienza a cobrar forma.

A finales de diciembre de 2004 los 36 alumnos de la Escuela Taller Amelgares y sus monitores concluirán las obras de construcción de un vivero de empresas situado en uno de los polígonos industriales del municipio. Se cerrarán así dos años de intenso trabajo en los que la formación de los jóvenes ha sido desde el inicio uno de los referentes ineludibles del esfuerzo diario y con las miras puestas en la creación de un vivero de empresas para emprendedores locales.

La Escuela Taller Amelgares cuenta con tres módulos (carpintería, carpintería metálica y albañilería) con un total de doce alumnos en cada uno. A lo largo de este año y medio de existencia la movilidad de los asistentes ha sido mayor en el módulo de albañilería (‘porque es mayor la oferta de trabajo existente y los chavales encuentran un puesto con más facilidad’), pero, según señalaba su director José Antonio Sancho, ‘no hemos tenido en ningún momento problemas para tener cubiertas todas las plazas’; desde diciembre de 2002 han pasado por la E.T. más de sesenta jóvenes del municipio, con edades comprendidas entre los 16 y los 25 años, ‘y de ellos hay mucha gente que ha sabido aprovechar muy bien la Escuela Taller y van a acabar convertidos en buenos trabajadores’.

Sobre una parcela de 1.500 m2 de suelo municipal los participantes de ‘Amelgares’ están levantando un vivero de empresas en el que se pueden distinguir cinco naves industriales (de alrededor de 200 m2 cuatro de ellas y una un poco mayor) y un edificio de oficinas (con cinco despachos para otras tantas empresas locales que sólo necesiten de una sala para el desempeño de su actividad). De esta nueva infraestructura, los alumnos y los monitores se han encargado de realizarlo todo, salvo la instalación eléctrica: desde la explanación y replanteo hasta la cimentación y el alzado de la estructura.

José Antonio Sancho consideraba que la formación es el horizonte más cercano de las Escuelas Taller y, en ese sentido, la obra de construcción del vivero de empresas ‘es muy interesante para los alumnos porque quien ha querido aprender lo ha hecho’, en referencia a que se han abordado todos los trabajos posibles en las tres disciplinas de albañilería, carpintería y carpintería metálica.

Para el director de la Escuela Taller, a falta todavía de cinco meses para concluir con el proyecto, la valoración es positiva: ‘yo estoy muy satisfecho de la evolución de muchos de nuestros alumnos porque creo que han encontrado un camino y han aclarado un poco sus vidas, y eso es muy importante’. El sello propio de Amelgares es el de la ‘organización y planificación, el tener muy claro desde el primer momento un objetivo donde llegar’, que se alcanzará con fecha 19 de diciembre de 2004 cuando se entregue la obra finalizada (obra que comenzó a construirse hace menos de un año, puesto que durante los primeros seis meses los participantes tuvieron un primer periodo de formación, además de tener que adaptar las instalaciones de una nave industrial para que se convirtiera en el centro de esa formación y la producción posterior).

Del éxito de la E. T. Sancho le otorga un valor muy destacado a la implicación mantenida por el Ayuntamiento de Miguelturra: ‘el Ayto ha estado a la altura de las circunstancias y ha apoyado este proyecto, se lo ha creído desde el primer momento’.