El uso del incienso - Costumbres populares.
Esta sustancia procedente de ciertos árboles de la India, en forma de lágrimas amarillas de sabor acre y olor aromático, estuvo, junto con la sal, vinculada a la divinidad, y fue necesidad de uso político y religioso entre los babilonios hacia el 2500 antes de Cristo; los sacerdotes de Nínive invocaban así a su dios: “sin ti, dios rey, el incienso no exhala aroma”.
Se usó para disipar los malos olores de la carne sacrificada y de los fieles, asociación que hizo del incienso símbolo de la oración, ya que su humo blanco sube presto al cielo.
Aunque era artículo exclusivo de la divinidad, no tardó en honrarse con él a los reyes. Desde antiguo se cree que su humo aleja a los malos espíritus, propiedad que se extiende asimismo a sus cenizas, que en lugares de Oriente y Asia Menor se amasan con saliva para colocar pequeñas porciones en la frente del que se desea librar del mal, o hacer inmune a influjos negativos.
Se cree que su olor mantiene alejadas a las ratas y a los ladrones. Es voz latina, participio pasivo de incendere = incensus = que se quema, con un cruce con candere = ser de color blanco. En documentos que se pueden constatar del año 1112 se puede leer ya el término enciensso.
