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Es el primer sistema de recogida de envases que la consigue

SIGRE obtiene la triple certificación de AENOR

SIGRE, Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases del sector farmacéutico conforme a la Ley de Envases, ha obtenido la triple certificación de AENOR a sus Sistemas de Gestión de Calidad, de Medio Ambiente y de Seguridad y Salud Laboral.

SIGRE se convierte así en el primer Sistema Integrado de Gestión y en unas de las 20 primeras empresas españolas que logra la triple certificación de AENOR, lo que demuestra el compromiso y la voluntad de mejora continua de la entidad. Para ello, ha implantado procedimientos y procesos en todos los ámbitos de su actividad con el objetivo de asegurar la prestación de unos servicios de calidad plenamente adaptados a los requisitos vigentes en los tres ámbitos certificados.

Según Juan Carlos Mampaso, Director General de SIGRE, con esta iniciativa, hemos querido dar respuesta a una demanda social que va en aumento y que exige a las empresas ofrecer servicios que cumplan con criterios de eficacia y eficiencia.

Las certificaciones obtenidas por SIGRE reflejan la conformidad del funcionamiento del sistema con los requisitos de las normas UNE-EN ISO 9001:2000 sobre Sistemas de Gestión de la Calidad; UNE-EN ISO 14001:2004 para Sistemas de Gestión Ambiental y la especificación OHSAS 18001:1999 de Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud Laboral.

Pertenecer al reducido grupo de 20 empresas que han obtenido la triple certificación a través de AENOR, no sólo ha supuesto un gran reto, sino que implica una especial responsabilidad ante el sector farmacéutico, en particular, y ante la sociedad, en general, afirma Juan Carlos Mampaso, Director General de SIGRE.

SIGRE es una entidad sin ánimo de lucro creada por la industria farmacéutica, con el apoyo de la distribución y las farmacias, para ofrecer a los ciudadanos un sistema cómodo y seguro a través del cual pueden desprenderse de los envases y restos de medicamentos que ya no necesiten o se encuentren en mal estado o caducados, evitando así que estos residuos lleguen a los acuíferos, a los ríos, al suelo o al campo, con consecuencias negativas sobre el delicado equilibrio de nuestros ecosistemas.

Fuente información: SIGRE.