"El pueblo saharaui cumplió 34 años apartados de la libertad para vivir"
Según da a conocer la asociación para el pueblo saharaui de Miguelturra, SAYMI, el pueblo saharaui cumplió el pasado 27 de febrero 34 años apartados de la libertad de vivir en una tierra que les pertenezca. Más de tres décadas viviendo en el refugio del desierto por una causa política, mientras el mundo les da la espalda y van cayendo en el olvido.
Los saharauis viven esperando. Esperar es una prueba que te hace madurar. Esperar es fuerza para aliarte con el tiempo, para fortalecer el alma y no perderte en el abismo. Esperan, pero es una espera que se va agotando poco a poco. Dicen los que no lo conocen que es fácil vivir en el refugio, que te acomodas a ser una marioneta de la ayuda internacional, pero la realidad es bien distinta. Nadie puede acostumbrarse a vivir sin servicios indispensables ni mucho menos puedes acostumbrarte a vivir dejando que pasen los días, estando a merced del tiempo y viendo como tu futuro se reduce a esperar. El desierto se lleva vidas jóvenes cansadas afectadas por la crudeza de las circunstancias pero su herencia perpetúa en hijos que no cesan en su esperanza de conseguir que llegue el día en que puedan regresar a aquel lugar. La ausencia de libertad no coacciona a la felicidad. Las relaciones humanas se intensifican, se llevan a términos inimaginables para una sociedad como la nuestra en la que estamos tan hipnotizados por lo material que no nos queda tiempo para disfrutar de la belleza del hombre.
La vida en los campamentos es dura aunque los saharauis se han acomodado a la herencia de su exilio:
Arena y más arena, piedras y más piedras.
Cielo y más cielo.
Las temperaturas en verano y a la sombra pueden alcanzar los 55º. Sin medios para soportarlos. Es inhumano.
No hay recursos, no se produce. Se alimentan de las ayudas que les llegan.
Cada familia recibe al mes: un Kg. de lentejas, de alubias, de pasta, de arroz, leche en polvo y un litro de aceite por persona (excluido el marido). También un saco de harina y una bombona de butano. Los demás alimentos, carne, verduras, fruta, etc. No se consumen si no tienes la suerte de poder comprarlo.
Sin embargo, son felices pues nacen carentes de todo y no echan en falta nada. Están acostumbrados a compartir lo poco de que disponen. A la hora de la comida todos los que llegan a su jaima se sienta a la mesa.
Sueñan con su tierra ocupada por Marruecos, muchos ni la conocen, pero la lucha de sus familias desde hace tantos años, les lleva a defenderla como si fuera parte de sus corazones.
LOS SAHARAUIS LLEVAN A SUS ESPALDAS:
- 34 AÑOS DE OCUPACIÓN
- 20 AÑOS DE GUERRA
- 19 AÑOS ESPERANDO EL REFERÉNDUM
- El Frente Polisario ha cumplido 35 años de existencia sin que la solución del conflicto parezca cercana.
- Más de 70 países apoyan el derecho de este pueblo a decidir su independencia, pero España sigue sin reconocer este derecho.
España, pero no los españoles. El movimiento solidario español de ayuda al pueblo saharaui se extiende día a día, y somos nosotros, los ciudadanos de a pie, los que debemos hacer ver a nuestros gobiernos que no consentimos más violaciones de los derechos humanos en ninguna parte del mundo.
En Miguelturra, la asociación SAYMI sigue emprendiendo iniciativas a favor de esta causa. En octubre del pasado año, lluvias torrenciales arrasaron las humildes construcciones de adobe en las que se sustentan las infraestructuras de los campamentos. Los hospitales atienden con medios precarios a miles de personas y las circunstancias en las que quedaron tras el derrumbe de varias de sus dependencias, requería de una reforma urgente para poder ofrecer unos servicios mínimos. En el pasado mes de Enero, miembros de la asociación, hicieron entrega al Ministro de Cooperación y Sanidad saharauis, de un proyecto de rehabilitación del hospital provincial de una de sus wilayas, AUSERD.
Este proyecto ha sido financiado por el Consejo Local de Solidaridad y por la propia asociación de ayuda al pueblo saharaui SAYMI. En la actualidad las reformas se están realizando y se prevé su finalización para el próximo mes de Abril.
Agradecemos la colaboración de todos aquellos que hacen posible esta lucha justa, queriendo hacer una mención especial a MEDES sport, que aprovechó esta expedición para enviar material deportivo a los campamentos de refugiados. "Tu todo y tu nada pueden ser más de lo que imaginas".
Los saharauis viven esperando. Esperar es una prueba que te hace madurar. Esperar es fuerza para aliarte con el tiempo, para fortalecer el alma y no perderte en el abismo. Esperan, pero es una espera que se va agotando poco a poco. Dicen los que no lo conocen que es fácil vivir en el refugio, que te acomodas a ser una marioneta de la ayuda internacional, pero la realidad es bien distinta. Nadie puede acostumbrarse a vivir sin servicios indispensables ni mucho menos puedes acostumbrarte a vivir dejando que pasen los días, estando a merced del tiempo y viendo como tu futuro se reduce a esperar. El desierto se lleva vidas jóvenes cansadas afectadas por la crudeza de las circunstancias pero su herencia perpetúa en hijos que no cesan en su esperanza de conseguir que llegue el día en que puedan regresar a aquel lugar. La ausencia de libertad no coacciona a la felicidad. Las relaciones humanas se intensifican, se llevan a términos inimaginables para una sociedad como la nuestra en la que estamos tan hipnotizados por lo material que no nos queda tiempo para disfrutar de la belleza del hombre.
La vida en los campamentos es dura aunque los saharauis se han acomodado a la herencia de su exilio:
Arena y más arena, piedras y más piedras.
Cielo y más cielo.
Las temperaturas en verano y a la sombra pueden alcanzar los 55º. Sin medios para soportarlos. Es inhumano.
No hay recursos, no se produce. Se alimentan de las ayudas que les llegan.
Cada familia recibe al mes: un Kg. de lentejas, de alubias, de pasta, de arroz, leche en polvo y un litro de aceite por persona (excluido el marido). También un saco de harina y una bombona de butano. Los demás alimentos, carne, verduras, fruta, etc. No se consumen si no tienes la suerte de poder comprarlo.
Sin embargo, son felices pues nacen carentes de todo y no echan en falta nada. Están acostumbrados a compartir lo poco de que disponen. A la hora de la comida todos los que llegan a su jaima se sienta a la mesa.
Sueñan con su tierra ocupada por Marruecos, muchos ni la conocen, pero la lucha de sus familias desde hace tantos años, les lleva a defenderla como si fuera parte de sus corazones.
LOS SAHARAUIS LLEVAN A SUS ESPALDAS:
- 34 AÑOS DE OCUPACIÓN
- 20 AÑOS DE GUERRA
- 19 AÑOS ESPERANDO EL REFERÉNDUM
- El Frente Polisario ha cumplido 35 años de existencia sin que la solución del conflicto parezca cercana.
- Más de 70 países apoyan el derecho de este pueblo a decidir su independencia, pero España sigue sin reconocer este derecho.
España, pero no los españoles. El movimiento solidario español de ayuda al pueblo saharaui se extiende día a día, y somos nosotros, los ciudadanos de a pie, los que debemos hacer ver a nuestros gobiernos que no consentimos más violaciones de los derechos humanos en ninguna parte del mundo.
En Miguelturra, la asociación SAYMI sigue emprendiendo iniciativas a favor de esta causa. En octubre del pasado año, lluvias torrenciales arrasaron las humildes construcciones de adobe en las que se sustentan las infraestructuras de los campamentos. Los hospitales atienden con medios precarios a miles de personas y las circunstancias en las que quedaron tras el derrumbe de varias de sus dependencias, requería de una reforma urgente para poder ofrecer unos servicios mínimos. En el pasado mes de Enero, miembros de la asociación, hicieron entrega al Ministro de Cooperación y Sanidad saharauis, de un proyecto de rehabilitación del hospital provincial de una de sus wilayas, AUSERD.
Este proyecto ha sido financiado por el Consejo Local de Solidaridad y por la propia asociación de ayuda al pueblo saharaui SAYMI. En la actualidad las reformas se están realizando y se prevé su finalización para el próximo mes de Abril.
Agradecemos la colaboración de todos aquellos que hacen posible esta lucha justa, queriendo hacer una mención especial a MEDES sport, que aprovechó esta expedición para enviar material deportivo a los campamentos de refugiados. "Tu todo y tu nada pueden ser más de lo que imaginas".