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En tres meses se han capturado un total de 770 aves. No sólo estaban dañando la estructura del edificio sino prácticamente también los edificios colindantes.

La Parroquia de Miguelturra recurre a la cetrería para controlar las palomas.

La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Miguelturra ha contratado a una empresa de control de fauna para disminuir la población de palomas que estaban dañando la estructura de los tejados del templo.

La empresa Gold Falconry ha sido la encargada durante tres meses de apresar alrededor de 270 palomas a través de una jaula-trampa y el uso de la cetrería con halcones para amedrentar a las más de 500 aves que se anidaban en los tejados de la iglesia de Miguelturra y de los inmuebles de la plaza de la Constitución.

El párroco José Manuel Llario, en declaraciones a Efe, ha explicado que la situación era "insostenible" y era necesario "tomar medidas" después de la rehabilitación de todos los tejados de la iglesia, incluida la parte interna de la torre, por riesgo de "derrumbe", como consecuencia de la acumulación de palomina.

En total, la parroquia invirtió 56.000 euros para las obras y reforma y limpieza de tejados, cornisas y bajadas de la techumbre de la iglesia parroquial de Miguelturra.

Una vez reparados los tejados, se ha decidido, según ha indicado Llario, contratar una empresa de control de fauna ante las quejas reiteradas de los vecinos que padecían "día tras día la acumulación de palomina en terrazas, balcones y en los tejados" de todo el entorno de la plaza de la Constitución, situada en las inmediaciones del edificio consistorial.

El sacerdote ha comentado que pese a las reiteradas quejas y advertencias, el Ayuntamiento "se desentendió pues entendía que no era un problema ecológico" y fue entonces cuando, según Llario, la parroquia tomó la iniciativa y contrató a una empresa para el control y seguimiento de la población de palomas.

Desde entonces, el número de aves se ha reducido a la mitad gracias especialmente a la trampa-jaula instalada en la propia iglesia a la que se le añade la presencia de aves rapaces, especialmente de halcones.

El gerente de la empresa encargada de los trabajos, Rubén Olvera, explica que el método es "sencillo" y "natural".

En primer lugar, consiste en reducir el número de palomas a través de jaulas-trampa para que después el halcón "trabaje con mayor comodidad y marque territorio" por todo el entorno.

Las palomas, ante la presencia de un ave rapaz, "no puede vivir por ser el halcón su mayor depredador", aclara Olvera, aunque reconoce que "nunca se llega a eliminar todos los ejemplares", pues el objetivo es erradicar "la plaga y controlar la población" durante al menos cuatro meses.

Si el riesgo es alto y ocasiona grandes desperfectos, como ocurre en los aeropuertos, el control de fauna "debe ser permanente", advierte Olvera.

Los vecinos de la plaza de la Constitución han apoyado la iniciativa del párroco, aunque otros prefieren alimentar con grandes cantidades de pienso que vierten en el suelo de la plaza a los cientos de palomas que se refugian en la iglesia parroquial.

Prado Mora, vecina de la plaza de la Constitución, ha denunciado la situación al Ayuntamiento en "reiteradas ocasiones".

Según ha relatado a Efe, la mayoría de los inmuebles de la céntrica plaza han padecido problemas de goteras y filtraciones como consecuencia de la acumulación de palomina e incluso alguno de ellos ha instalado pinchos antipalomas para evitar que se posen en las cubiertas de los tejados.

"En las bajantes y tejados de los edificios encontramos constantemente palomas muertas y la palomina ensucia toda la plaza: terrazas, bancos y mobiliario público", lamenta Mora que, desde la llegada de los halcones, ha visto cómo se ha reducido considerablemente el número de palomas.

El objetivo, según el párroco, es mantener una pequeña población controlada de estas aves para que el templo parroquial "deje de ser su ubicación natural".



Fuente información www.abc.es de fecha 3 de febrero de 2013.