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De entre ellas, destaca las nuevas andanzas de Sotoancho, por Alfonso Ussía.

Novedades de la Biblioteca Municipal de Miguelturra para el mes de octubre de 2006.

Se adjunta a este artículo el catálogo de novedades de la Biblioteca Municipal de Miguelturra, en PDF, correspondiente al mes de octubre de 2006, confeccionado por el departamento técnico del Área de Cultura, en el que se subrayan las novedades bibliográficas y de otra índole, para acercar la cultura mucho más a los usuarios y usuarias que acceden día a día a esta web municipal.

Pero lo mejor es que vosotros y vosotras accedáis directamente la biblioteca, sita en Calle Perlerines, y descubráis toda la sabiduría que encierran los libros, eso sí, este catálogo sirve para que estés al día de las novedades más importantes que se producen.

Si deseas tener las ventajas que ofrece ser socio / lector de la Biblioteca Municipal es tan fácil como aportar una fotografía tamaño carnet, los datos personales tales como domicilio, teléfono, etc., y a los menores de edad si no vienen acompañados de sus padres deberán traer una autorización de ellos para hacerse el carnet de la Biblioteca.

Con el carnet de socio se puede usar el servicio de préstamo y se pueden llevarse de la biblioteca hasta tres libros por un periodo máximo de quince días. También existe música y películas en DVD a disposición de los socios y socias de la Biblioteca Municipal de Miguelturra, pero estos, a diferencia de los libros, sólo se prestan tres días.



A continuación les traslado la crónica de este libro realizada por Pablo Molina.
Fuente información http://libros.libertaddigital.com/articulo.php/1276232110.


NUEVAS ANDANZAS DE SOTOANCHO.

Mamá se quiere morir... y no hay manera.

El tomo octavo de las memorias de Sotoancho no defraudará a los lectores de las siete entregas anteriores: el marqués sigue tan cachondo como siempre, y su madre, más puñetera que nunca.

Si en el armazón de los personajes no hay un sustrato biográfico, a Ussía hay que hacerle un monumento ya, porque no es fácil armar un argumento delirante y conseguir al mismo tiempo que los personajes de la historia resulten tan cercanos, aunque uno no conozca a la nobleza más que por las portadas de las revistas del corazón.

Claro que la aristocracia ya no es lo que era. Ahora a las baronesas les da por convertirse en hippiess ecolojetas, y a las duquesas por erigirse en portavoces de la situación inguinal de su prole. Lo pertinente en este caso es continuar la broma y llevarla a su máxima expresión, como hace Ussía con su feliz serie literaria ambientada en la finca de La Jaralera, que es como el Dallas de JR pero más entrañable y con menos cuernos, aunque a lo largo de estas páginas aparezca algún que otro pitonazo.

El humor de Alfonso Ussía no es español, sino inglés. En estos predios, tan sólo algunos grandes humoristas literarios de comienzos del siglo pasado, con Mihura y Neville a la cabeza, supieron desembarazarse de la tradición quevedesca, sarcástica y puñetera, para dar origen a un nuevo tipo de humor basado en el ingenio por el ingenio mismo. Con su toque añadido de humor negro, que es también cosa muy anglosajona.

Ussía no necesita recurrir al chafarrinón de brocha gorda para provocar la carcajada, simplemente porque es un grandísimo escritor. La calidad literaria de la serie del Marqués de Sotoancho hace que todas las entregas se conviertan en una lectura deliciosa... y cada vez más oportuna, según se va oscureciendo el panorama nacional gracias a ZP, cuyas ocurrencias dejan al pobre marqués a la altura del betún.

Las situaciones delirantes se suceden sin cesar, desde la violación de la hija de un menestral por la rama inocente de un fresno hasta el encierro obligado de mamá por haber sacudido un guantazo a uno de sus cinco nietos mellizos, Ricardo (Dicky), con el poderoso argumento de que es rematadamente feo, situación que acaba con la intervención de los geos para poner fin al secuestro. La segunda esposa del marqués, una colombiana de armas tomar, y sus devaneos con el novillero Farolito dan ocasión al autor para teorizar con humor, pero también con ternura, sobre la penosa situación del protagonista cuando se enfrenta a la más que previsible aparición de un par de apéndices frontales.

Pero, además de su calidad literaria y de garantizar la carcajada, hay un argumento poderoso para incluir este librito en el equipaje de lecturas veraniegas: ZP no se reiría nada con él. No lo entendería.

Alfonso Ussía. Mamá se quiere morir... y no hay manera. Ediciones B, 2006. 223 páginas.