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Cuando uno no quiere dos no barajan.

Los Naipes - Costumbres populares.

Como es sabido, el primer empleo que se dio a los naipes fue de índole mágica. A partir de que los musulmanes españoles extendieran su uso en el siglo XIII, se popularizaron tanto que no tardaron en surgir numerosas supersticiones.

Cuando Cristóbal Colón embarcó para su empresa americana, entre otros contratiempos tuvo el de tener que convencer a su tripulación de que echar un mazo de cartas al mar no haría amainar la tormenta.

Hubo barajas mágicas. El número de los naipes fue de 22 hasta el siglo XIV, en que empezó a combinarse con la baraja oriental, resultando un mazo de 78 piezas, con el que se jugaban en Italia al taroco; los franceses redujeron su número a 52 figuras, dando a cada palo los nombres y símbolos de las cartas europeas.

Es regla de oro para quien posee una baraja el que por vieja que sea no debe ser arrojada a la basura, sino ser quemada, advirtiéndose de graves consecuencias a quien no lo haga. No es objeto que se deba robar, prestar o retener, ya que la baraja adquiere rasgos de su dueño, y en ocasiones ha sido en manos de una bruja o hechicero instrumento para aojar a una persona.

Todo el mundo sabe que los ladrones se llevan de una casa cualquier cosa menos la baraja, y se sabe entre los del gremio de Caco que quien no respeta esa regla será tarde o temprano prendido por la policía.

Un jugador que se precie no corta nunca las cartas si la baraja no forma ángulo recto con el cuadrado de la mesa, por temor a sufrir una mala racha. Conviene asimismo mirar incluso en los ceniceros para comprobar que no hay dos objetos cruzados (cerillas, palillos de dientes, colillas) circunstancia que expone al jugador a una suerte adversa. Entre los jugadores de bridge es frecuente dar tres vueltas en torno a la mesa en el sentido de las manecillas del reloj en un intento de poner cerco a la mala suerte; entre ellos se tiene por mal augurio que caiga una carta al suelo; y entre quienes juegan al póker la presencia de un perro es nefasta; para deshacer el conjuro se recomienda cantar.

Las supersticiones más antiguas relacionadas con las cartas tienen que ver con el juego: pensar que el afortunado en el juego no tiene suerte en amores está entre las primeras. Se cree que salen a alguien consecutivamente los palos de espadas y bastos, tendrá desgracias domésticas; y si le sale tres veces el as de espadas, alguien próximo a él fallecerá.

Soñar con naipes indica pérdida de dinero.

Procedencia de la palabra Naipe.
En el Sur de Italia recibía el nombre de Aniv., de donde pudo proceder el castellano ‘naipe’. Otros piensan que la palabra es hebrea, de naibi = brujería. Para complicar más las cosas, hay quien ve en el nombre las iniciales de Nicolás Papín, su inventor según algunos. En cuanto a la etimología del término ‘baraja’ muchos apuntan hacia el vero ‘barajar’ = reñir, pelear; en documentos castellanos del 1123 se lee ‘baralla’ con el significado de pelea, acepción usual en tiempos de Cervantes.

Lope de Vega se hace eco de la frase proverbial: "Cuando uno no quiere dos no barajan". Por entonces adquiría también el significado de juego de naipes. En cuanto al origen del término, no hay nada definitivo.