La Lotería: supersticiones "De toda la vida" con respecto a ella.
Para que caiga la lotería hay que entrar en el despacho del lotero o lotera con el pie izquierdo: es un ardid para engañar a la suerte que se muestra desprevenida y confiada al no verse buscada; si se tiene la precaución de pasar el décimo por el lomo de un gato negro, las posibilidades de que sea premiado se multiplican.
Se cree que si en vísperas del sorteo cae un plato o un vaso de las manos, sonreirá la fortuna, pero sólo si se ha pagado el décimo.
En la Francia del siglo XIX muchos dormían con el dedo meñique de la mano izquierda sujeto fuertemente por la mano derecha para soñar con el número agraciado y comprarlo a la mañana siguiente, y es que en relación con la lotería los sueños son importantes: soñar con un toro negro indica que se debe comprar cuanto antes un número de cuatro cifras. Se dice también que cuando los números del décimo suman más de treinta y tres no cae; el por qué de esta cuestión es que a esa edad murió Cristo.
La palabra lotería es galicismo, proviene de lot = lote que corresponde a uno en el reparto, procedente del gótico hlauts = herencia.
El Diccionario de Autoridades incorpora el término a principios del siglo XVIII. Como se sabe, la Lotería del Estado fue creada por Carlos III en 1763, y se denomina ‘primitiva’ ya que se extraía cinco números entre noventa.