Honores de Santo para Justo Arévalo.
El triduo de misas en honor al beato natural de la localidad, Justo Arévalo, concluyó ayer con una misa de acción de gracias a la que acudió parte de la Corporación municipal y numerosos fieles y en la que estaba prevista la presencia del obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, que finalmente no pudo asistir.
Según explicó José Manuel Llario, uno de los dos sacerdotes de la localidad, «el obispo no ha podido asistir porque se encuentra en Campo de Criptana celebrando confirmaciones y asistiendo a enfermos del pueblo».
Momentos antes de comenzar la ceremonia de agradecimiento por la beatificación del miguelturreño, tenía lugar la proyección de un vídeo en el que se mostraban todos los preparativos previos para la celebración en Roma el pasado día 28 de octubre. Además, a la misma presentación de imágenes pertenecientes al acto en la capital italiana, acompañaron otras tantas de cómo se ha vivido todo el proceso en el pueblo y en Ciudad Real con otros actos de acción de gracias, como el celebrado el pasado día 3en la capital.
Ante la inesperada ausencia del obispo, el encargado de la bendición de la imagen y de la reliquia, y la presidencia de la celebración fue el vicario general de la Diócesis de Ciudad Real, Tomás Villar Salinas. La reliquia es un crucifijo que Justo Arévalo tenía en su despacho y que «como todos sus enseres, tras su beatificación, se convierte en reliquia del miguelturreño», comentaba José Manuel Llario.
La celebración congregó a gran cantidad de vecinos que llegaron a ocupar todos los bancos de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, pasillos laterales y parte posterior de éstos.
En primera fila estuvo parte de la Corporación municipal de Miguelturra con su alcalde, Román Rivero Nieto, en primer lugar y que quiso señalar el acto como «un orgullo para el pueblo el reconocimiento de Justo Arévalo como miguelturreño que es, aunque no lo es tanto por la manera en que ha llegado a Roma», refiriéndose a las circunstancias de su beatificación.
Algunos de los vecinos entraban con prisas antes del comienzo de la eucaristía para no quedarse sin sitio, tal y como comentaba una señora a la par que decía sentirse "orgullosa" porque sea miguelturreño, refiriéndose al beatificado
Noé y Carmen, un matrimonio feligrés de la localidad comentaba a la entrada del templo sentirse igualmente orgullosos de los curas que ha habido y hay en el pueblo.
Con la misa de ayer, se dan por finalizados los honores en la localidad al beato. La reliquia a partir de ahora quedará expuesta en el templo miguelturreño.
Fuente información www.diariolatribuna.com