Exposición de trabajos del curso de restauración.
Baúles, arcones, aparatos receptores de radio, aparadores, sillas, mesas de despacho... como nuevos. Los salones de exposiciones del Centro de Día han albergado durante este puente de marzo los trabajos realizados por los participantes en el Curso de Restauración organizado por la concejalía de bienestar social del Ayuntamiento de Miguelturra, a través del Centro Social Polivalente.
Numerosas han sido las personas que no han querido perderse la oportunidad de contemplar los artículos restaurados, algunos de los cuales cuentan con una historia muy dilatada. El comentario general de los visitantes era el de asombro sobre el estado en el que han quedado los artículos expuestos tras su ‘paso’ por las manos de los participantes en el curso de restauración.
La concejalía de bienestar social viene organizando el curso desde el año 1999 y, desde entonces, cuenta con una notable demanda de público. En esta temporada un total de veintitrés han sido los participantes, un importante aumento con respecto a los quince inscritos el año pasado, por lo que se les agrupó en dos turnos diferentes con el objetivo de poder prestar una mayor atención en el seguimiento de cada uno de los trabajos.
Durante estos meses los participantes, algunos de ellos repetidores de años anteriores, han podido conocer la teoría del color, la técnica del estarcido o la manera de realizar adornos como algunos de los contenidos que se han tratado aunque cada una de las técnicas se ha ido ajustando a las necesidades de cada objeto a restaurar. Sin embargo, el principal objetivo, señalado por Consuelo Fernández, monitora del curso, era conseguir la satisfacción de los participantes en cuanto a la restauración de sus propios enseres, en la mayoría de las ocasiones aportados por ellos mismos y a los que ‘algunos les tienen mucho cariño’.
Numerosas han sido las personas que no han querido perderse la oportunidad de contemplar los artículos restaurados, algunos de los cuales cuentan con una historia muy dilatada. El comentario general de los visitantes era el de asombro sobre el estado en el que han quedado los artículos expuestos tras su ‘paso’ por las manos de los participantes en el curso de restauración.
La concejalía de bienestar social viene organizando el curso desde el año 1999 y, desde entonces, cuenta con una notable demanda de público. En esta temporada un total de veintitrés han sido los participantes, un importante aumento con respecto a los quince inscritos el año pasado, por lo que se les agrupó en dos turnos diferentes con el objetivo de poder prestar una mayor atención en el seguimiento de cada uno de los trabajos.
Durante estos meses los participantes, algunos de ellos repetidores de años anteriores, han podido conocer la teoría del color, la técnica del estarcido o la manera de realizar adornos como algunos de los contenidos que se han tratado aunque cada una de las técnicas se ha ido ajustando a las necesidades de cada objeto a restaurar. Sin embargo, el principal objetivo, señalado por Consuelo Fernández, monitora del curso, era conseguir la satisfacción de los participantes en cuanto a la restauración de sus propios enseres, en la mayoría de las ocasiones aportados por ellos mismos y a los que ‘algunos les tienen mucho cariño’.
