Plaza de España, 1

  926 241 111

  9:00 a 14:00 horas. Lunes a viernes

Grupo que actuó este pasado fin de semana dentro de las actividades de las Ferias y Fiestas Patronales de Miguelturra

"Esperadme un poquito, que enseguida vuelvo": Entrevista con Amparo Sánchez, vocalista de Amparanoia

Amparo Sánchez nos atiende con una voz y una paz verdaderamente entrañable. Con la serenidad de quien se siente tranquila por todo lo hecho, nos habla de todo lo que la ha rodeado, la rodea y la rodeará.

- ¿Cómo está yendo la gira?
-Bien, lo estamos pasando muy bien, encontrando a mucho público que tiene ganas de despedirse con nosotros, así que están siendo unos conciertos muy emocionantes, con mucha fuerza y mucho cariño. Cada concierto que hacemos es uno menos que queda. Casi ná.

- ¿Era una asignatura pendiente hacer un disco en directo, como éste último?
- Sí, claro, era lo que faltaba para cerrar este círculo. Cuando decidí que iba a despedirme de este repertorio, de estas canciones, me di cuenta de que tenía que sacar este tipo de disco, además de los remixes y del documental.

- Sobre todo parece necesario teniendo en cuenta que Amparanoia transmite mucha fuerza en directo.
- Por supuesto. Si te digo la verdad, yo creo que todos mis discos han sido bastante experimentales; yo ahora los escucho y veo que he cambiado mucho: unos discos son más acústicos, otros más eléctricos, unos con bases, otros sin bases... También el sonido del directo ha ido cambiando porque hemos ido cambiando de formación; por eso quería que la gente se quedase con la última versión, por así decirlo, de nuestro sonido en directo.


-Ahora estás tocando en España, pero dentro de poco te vas a Bélgica, a Alemania... Teniendo en cuenta que uno de tus fuertes son las letras, ¿cómo se adapta la gente de fuera a canciones que a lo mejor no entiende?
-Bueno, pero a todos nos encantan canciones de las que no entendemos ni papa. A mí me pasa con el africano o incluso con el inglés, ¿eh? Y mira que yo hablo inglés (risas). Lo principal es la actitud: Amparanoia no es sólo las letras, Amparanoia es una actitud universal que todo el mundo puede entender. Muchas veces no hace falta que la gente entienda mis letras; saben perfectamente lo que les estamos transmitiendo.


- ¿Qué papel juega esta actitud?
- La actitud es fundamental: saber qué estás haciendo, hacia dónde te diriges, de qué manera quieres contribuir a mejorar tu alrededor... todo eso se transmite a través de la música. Con Amparanoia, mi objetivo siempre ha sido despertar conciencias, despertar la rebeldía que todos llevamos dentro, pero hacerlo con mucha alegría, con muy buena onda, no de una manera agresiva ni violenta. Reivindicando, pero siempre desde la alegría y desde el punto positivo.

-Te lo habrán preguntado muchas veces, pero por una más no pasa nada: ¿Por qué se acaba Amparanoia?
-Es que ahora mismo estoy cantando unas canciones que creo que, si siguiese cantándolas diez años más, no podría avanzar, no podría crecer. Estoy muy agradecida por todo lo que me ha pasado con Amparanoia, pero todavía tengo que aprender mucho. Dentro de Amparanoia hay una cantante que se llama Amparo y que necesita seguir transmitiendo, pero de otras maneras. Esto ya lo conozco; ahora quiero arriesgarme y probar cosas nuevas.


- El disco de despedida se llama Seguiré caminando. Parece una declaración de intenciones, ¿no? Antes de que te pregunten si vas a seguir cantando, ya dices tú que sí.
- Sí, la verdad es que eso me lo he ahorrado (risas). Era un disco de despedida, pero ante todo quería decirle a la gente: "Oye, que no me retiro, que aquí hay Amparo para rato". En algunos conciertos la gente me dice que no les deje, que no me retire. Esa gente no tiene por qué preocuparse: yo no voy a dejar nunca de cantar, no sé hacer otra cosa.


- Eres una persona que viaja mucho; ¿toca viaje después de esta gira?
- Sí, sí que toca. Y varios, además. En cuanto acabe la gira me voy a tomar un tiempo hasta el siguiente proyecto, y en este tiempo voy a ir a África. Siempre he sentido que tengo que ir a África y nunca he podido, pero ahora voy a ir.
También hay dos o tres sitios de Latinoamérica a los que necesito volver... sí, la verdad es que voy a hacer bastantes viajes.


- ¿Qué crees que te pueden aportar estos viajes? Por ejemplo, a África dices que nunca has ido...
- Pues a África voy para contactar con gente que está trabajando con niños. También hay una reunión de mujeres agricultoras de toda África, que se reúnen cada año, y quiero ir allí y escucharlas.


- Llevas muchos años reivindicando y luchando por los derechos de la mujer; aunque sea una pregunta muy general, ¿cómo crees que está la situación ahora mismo?
- Pues es que ahora mismo yo pienso en las mujeres y sólo me vienen a la cabeza las mujeres asesinadas, y eso borra todos los logros que se están consiguiendo. Hay muchas mujeres en el Gobierno, cada día hay más igualdad... pero la violencia de género borra todos los logros. Es lo más triste que nos ha pasado en la última década.
Y mucho peor están las mujeres que llegan en patera, con sus hijos, y que acaban muriendo. Yo nunca voy a estar contenta con la situación de la mujer mientras sigan pasando estas cosas.


- Y a ti, ¿qué te parece el Ministerio de Igualdad?
- Yo creo que es muy necesario. Lo que pasa es que es joven, y, como todo lo joven, tiene sus fallos. Necesitará un tiempo para coger rodaje y empezar a funcionar como debería, pero creo que es un ministerio muy importante y que hay que confiar en él.

- Has hecho colaboraciones con muchos artistas. Siempre se habla de Manu Chao, pero también has colaborado con Dani Macaco, 7 notas 7 colores, Dhira, Locomondo... ¿qué papel juega en tu carrera toda esta gente con la que te vas encontrando?
- Han sido muchos encuentros en estos doce años, y es muy bonito, porque, claro, no sólo está el componente musical, sino también el humano: es una gente con tu misma onda, tu misma manera de pensar, etc. Todos estos encuentros nos han dado fuerza a todos, porque también está el factor de la promoción: yo llego a mucha gente, pero es muy bonito cuando invitas a un amigo a tocar y tu público acaba conociendo su música.


- ¿Qué se siente cuando sabes que tu música, sobre todo tus letras, influyen tanto en la gente? Hay mucha gente que recurre a tu música cuando necesita un pequeño empujoncito de alegría...
- ¿Qué quieres que te diga? Es muy, muy gratificante. La respuesta del público sigue siendo lo que más me sorprende. Cada vez que oigo al público cantando mis letras se me ponen los pelos de punta, porque es increíble: una vez, en un concierto, la gente se puso a cantar a coro una de mis letras y en ese instante pensé en el momento justo en que escribí esa letra. No te puedes imaginar lo que sentí, de verdad.
También está el caso típico de que después de un concierto te venga una persona y te comente que una canción tuya le ayudó en un determinado momento. Eso te da la vida, es inexplicable. Te da mucha fuerza para seguir creyendo en lo que haces, que es algo fundamental.


- ¿Y no sientes un poco de presión? Muchas veces las personas hipotecamos nuestra felicidad o nuestros estados de ánimo a la música, a la poesía... siempre a factores externos a nosotros.
- A veces te presiona un poco, sí, porque, al fin y al cabo, yo no soy más que una persona y no puedo tener más responsabilidades que las de una persona normal. Cuando me bajo del escenario, soy exactamente igual que mi público: con mis alegrías y mis tristezas.

De todos modos, te voy a contar un consejo que me dieron un día. Te vas a reír (risas). Cuando era muy jovencita, con 18 años, fui a un programa de Canal Sur a cantar una canción con la orquesta del programa; ¡que era un programa de folklore! La presentadora era Marifé de Triana, y mis únicas referencias de ella eran de verla por televisión, así que no la conocía nada. Pero ella me dio el mejor consejo que me han dado en mi vida; me dijo: "Yo, cuando estoy en el escenario, llevo mi bata de cola, soy una artista y doy lo mejor de mí, pero cuando me bajo del escenario me quito mi ropa de cantar, guardo mi bata de cola y me pongo mis zapatillas de estar en casa y mi bata de estar en casa. Así, siempre soy yo". Es algo que se me quedó muy clavado y lo llevo a la práctica en mi vida diaria: cuando estoy en mi casa soy yo, y ahora, hablando contigo, también soy yo, pero en cuanto me subo al escenario pienso que la gente ha venido a verme y tengo que darle lo mejor de mí.

- ¿Y qué pasa cuando una persona que parece que tiene que alegrar a la gente está triste y necesita que la alegren a ella?
- Pues lo que te decía antes: soy como todo el mundo, así que tengo mis días tristes como todo el mundo. De todos modos te tengo que confesar una cosa: he tenido la suerte de elegir una vida que me da más alegrías que tristezas, ya que trabajo en lo que más me gusta en este mundo. Además, toda esta alegría me hace ser mucho más agradecida: todos los días doy gracias por qué no me falte de nada, por poder cantar, por poder ensayar, por poder trabajar muy duro. Porque yo trabajo muchísimo, ni te lo imaginas, pero si trabajas en algo que te gusta tanto todo se hace mucho más fácil.
También te digo una cosa: con el paso del tiempo estoy intentando encontrar un equilibrio: ni muy contenta ni muy triste. Estoy en un momento más o menos equilibrado y disfrutando mucho de todo lo que pasa cada día, desde que me levanto hasta que me acuesto.

- ¿Con qué te quedas de todo este tiempo?
- Por un lado, me alegro mucho de haber contado con tantísimos músicos de tantísimos países. Eso te llena mucho musicalmente. Por otro lado, por supuesto, me quedo con el cariño del público, con compartir esos momentos con la gente... eso siempre lo llevas muy adentro. Es una suerte que tanta gente te demuestra su cariño.

- ¿Y hay algo que prefieras olvidar? ¿Alguna cosa que hubieses preferido hacer de otra manera?
- Sí, claro, hay muchas cosas que las ves con el tiempo y habrías preferido hacerlas de otra manera. Pero bueno, es algo que ya está pasado, y sólo te queda aprender de la experiencia e intentar no repetir el error. De todos modos, de todo se aprende.

- Una amiga mía siempre me decía que Amparanoia no es un grupo de música, sino una forma de afrontar la vida. ¿Cómo encajas esta definición?
- Pues es totalmente cierto. Todo tiene que ver: desde la música hasta los carteles de los conciertos, pasando por las entradas... Amparanoia no es sólo música; durante todos estos años ha sido mucho más. Todo está conectado.
Por otro lado, como te digo, tu amiga tiene toda la razón, y también, viendo su definición, es muy gratificante ver que la gente capta bien el mensaje. Como tu amiga.

- Siguiendo con las referencias, un profesor mío decía que tenemos no sólo el derecho, sino la obligación de ser felices.
- Totalmente de acuerdo. Si no somos felices, ¿qué nos queda? A veces la felicidad es lo único que tenemos. Y no es poco.


- ¿En qué va a consistir esta nueva etapa de Amparo Sánchez?
- Va a ser otra forma de contar las cosas. Cuando grabé los primeros temas me daba un poco de miedo, porque me di cuenta de que eran canciones un poco nostálgicas. Pero se las pasé a mi gente cercana para que las escuchase y me decían: "Sí, son canciones muy nostálgicas, pero son necesarias". No siempre vas a tener la misma forma de transmitir, y ahora mismo yo transmito de esta forma. Por eso se acaba Amparanoia, porque siento que me apetece transmitir sensaciones de una forma distinta a como lo hacía hasta ahora. De todas formas, creo que estas canciones, aunque son nostálgicas, transmiten mucha paz.
En cuanto a la música, es un sonido muy acústico, muy vacío, con muy pocos instrumentos. En este proyecto, la voz está casi casi sola; es otra forma de intentar emocionar.


- ¿Te has puesto algún plazo?
- Creo que para finales del año que viene ya podremos tener algo para presentarlo a la gente. Tampoco puedo estar mucho tiempo sin cantar (risas), necesito esa complicidad del público.


- ¿Y no vas a tener monillo?
- Sí, pero siempre tengo mis pequeñas cositas, yo nunca termino del todo. Por ejemplo, muy cerca de mi casa hay una cueva donde los jueves hay una jam, así que los jueves que tengo ganas de cantar me voy allí. Tengo mis cosillas.


- Cuando miras atrás y piensas en El Tío Vinagre, donde empezaste, ¿qué piensas?
- Pues pienso que los sueños se hacen realidad si trabajas todos los días con ilusión y con apertura también; a veces es necesario dejarte llevar por lo que va viniendo, por lo que va pasando. De todos modos, por un lado pienso que he tenido suerte, pero también es cierto que he trabajado muchísimo y he sido muy constante.


- ¿Qué le dirías a la gente que va a estar deseando volver a saber de ti?
- Les diría que yo sigo, que Amparo no se retira y que volverá antes de lo que creen. Que sean muy, pero que muy felices y que sigamos todos conectados. Esperadme un ratito, que enseguidita vuelvo.


- ¿Seguirá la fiesta?
- Claro que sí. La fiesta nunca acabó.


Fuente de la información e imagen.
Entrevista realizada por Carlos Otto, del periódico El Día de Ciudad Real