Plaza de España, 1

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Los tres grupos participantes fueron muy aplaudidos.

El espectáculo del Ballet Folklórico de la Universidad de Colima, nota destacada del Festival de Folklore de Miguelturra.

Tras el acostumbrado desfile de los participantes, las mejores escenas de la velada llegaron de las composiciones coloristas y alegres del grupo mexicano. Sones, chinacos, huapangueros y piezas tradicionales del repertorio de su país como “Cucurrucucú paloma” se fueron sucediendo en la que fue actuación más prolongada de las tres formaciones participantes. El Ballet Folklórico de la Universidad de Colima, que cuenta con notable fama en el panorama internacional, mostró lo mejor de las tradiciones mexicanas que ellos mismos se han encargado de estudiar, recuperar y actualizar para mostrar a través del baile y la música escenas de la vida cotidiana.
Su actuación fue muy del agrado del público asistente al espectáculo. La música, los diferentes vestidos que exhibieron en sus dos intervenciones y la brillantez de los movimientos de sus bailarines consiguieron conectar desde el inicio hasta el final con los miguelturreños.
Capítulo especial merece también la actuación del grupo anfitrión. Nazarín aprovechó el marco de la conmemoración del IV Centenario de la publicación del Quijote para recordar el capítulo en el que Sancho Panza defiende el buen nombre de Miguelturra y para recuperar tradiciones como la del “manteo del Judas” y los “Dómines” que hacía mucho tiempo que no ofrecían a sus seguidores.
El resto de su participación discurrió por bailes tradicionales como la “jota de la vendimia”, la “jota de la aceituna”, la de “San Carlos del Valle” o los fandangos de Villarrubia y Calzada. Los responsables del grupo organizador mostraban su satisfacción tras la celebración del Festival tanto por la calidad de los participantes, “aunque es cierto que a la gente le ha gustado más el grupo de México”, como por el número de asistentes.
La tercera de las formaciones, el grupo de sbandieratori “Leone Rampante” de la ciudad de Cori, fue la que menos protagonismo tuvo en la velada. Su actuación se limitó a una intervención aunque la espectacularidad de los movimientos de sus banderas consiguieron también captar la atención de los asistentes. Los italianos pasean por los escenarios el juego de “ondear y tirar banderas” que remonta a la tradición medieval y renacentista de su país, cuando la rivalidad entre los pueblos les llevaba a ondear sus insignias durante los desfiles hacia los lugares donde se celebraban torneos entre caballeros rivales. La elegancia del vestuario de los jóvenes componentes de “Leone Rampante” llamó también mucho la atención en Miguelturra.