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El abanico de edades de los alumnos es muy variado.

La Escuela Municipal de Música comienza su sexta temporada.

Desde las primeras horas de la tarde del lunes las aulas del edificio de la escuela municipal de música empezaron a llenarse con los alumnos de los cursos de “música y movimiento” y solfeo. La sexta temporada de la escuela municipal de música comenzaba con la actividad formativa y, como es ya tradicional, con un elevado número de alumnos que llenarán los espacios especialmente creados para la enseñanza musical en las instalaciones que fueron inauguradas en el pasado curso.

Alrededor de trescientas personas han formalizado la matrícula en alguno de los instrumentos ofertados para la temporada. Aunque fueron todavía más los que realizaron la solicitud de plazas (alrededor de 330), fuentes de la propia escuela aseguran que algunos alumnos ha conseguido su acceso al conservatorio (sobre todo en piano) y otros no materializan la inscripción final por diferentes motivos; este año se ha podido dar cabida a casi todas las solicitudes realizadas en los diversos instrumentos.

Precisamente, los más solicitados (como ya ha pasado en años anteriores) han sido el piano y la guitarra, aunque también el clarinete y la flauta travesera; los que menos demanda han tenido el trombón, la tuba, el bombardino o el violonchelo. Una de las disciplinas que ha registrado mayor aumento de demandas es la percusión (puesto que de las apenas diez del pasado año, en esta ocasión se han superado las veinte).

El abanico de edades de los alumnos es muy variado, puesto que en el primer día de curso se podían encontrar en las aulas de la escuela de música a niños de tres y cuatro años o a mayores de cincuenta que intentan aprender a dominar el instrumento que siempre les ha gustado.

Las novedades de la temporada pasan por la incorporación de la especialidad de “informática musical” en las próximas semanas (así se apuntaba desde la dirección de la escuela) y la puesta a disposición de los alumnos de instrumentos de ensayo en trombón y tuba (a los que los asistentes sólo deberán aportar las “boquillas”). Otra de las novedades viene impuesta este año como norma en este tipo de centros de formación y es la obligación del estudio de solfeo a todos los alumnos (formación musical complementaria a la formación instrumental).

Desde la escuela de música se pretende seguir fomentando el crecimiento de la coral polifónica, con la contratación realizada por el consistorio local este año de un profesor de canto tanto para la escuela como para el propio coro (que en estos días va a ofrecer diferentes actuaciones por municipios de Castilla la Mancha: el comienzo el viernes 10 de octubre en Socuéllamos y el domingo 12 en el acto de entrega de los premios del Certamen Carta Puebla en Miguelturra).

La estructura formativa del curso varía dependiendo de cada instrumento que se imparte en la escuela de música, pero como nota común se repiten las clases conjuntas de solfeo y las sesiones individuales (aproximadamente de media hora de duración) de técnica instrumental con cada profesor. En el horizonte de los alumnos se situarán un año más los actos de clausura de esta sexta temporada, ya que en el mes de junio se podrá escuchar a un alto número de los casi trescientos inscritos en las audiciones públicas de los diferentes instrumentos que habitualmente se programan como cierre de curso.