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Cambio de hora

Este próximo domingo 30 de marzo se realizará el cambio de hora y deberemos adelantar nuestros relojes 1 hora, de tal manera que a las 2:00 horas deberemos aumentar 60 minutos más e indicar las 3:00 horas, una actividad que se realiza dos veces al año y que tiene como principal motivo el ahorro de energía y el aprovechamiento de la luz solar, algo que se lleva haciendo más de dos siglos.



¿de qué forma exactamente nos beneficiamos?

En verano amanece antes y los días son más largos. Con el cambio horario, se hace coincidir el inicio de la jornada laboral con la aparición del Sol para ganarle una hora a la noche. De esta forma, se aprovecha más la luz natural con el consiguiente ahorro de energía.

El paso al horario de verano, aunque usted no lo perciba, supone un cambio en sus hábitos y costumbres cotidianas y un ahorro para su economía familiar.

- La consecuencia más inmediata para usted es que el próximo domingo dispondrá de una hora menos para salir por la noche o para dormir. Cambie su despertador si no quiere llegar tarde a cualquier cita el domingo por la mañana.
- Reducción en la factura de la luz: encenderá las luces de la casa una hora más tarde. Es decir, si ahora cuando usted llega a casa por la tarde-noche tiene que encender la luz, dentro de una semana dejará de hacerlo, ya que anochecerá más tarde.
- Ahorrará en calefacción, ya que el sol calienta más horas. Radiadores y estufas estarán menos tiempo en funcionamiento.
- Cambios en su comportamiento. Aunque se trata de una variación de sólo 60 minutos, algunos expertos consideran que afecta negativamente sobre el cuerpo humano. Los niños y los ancianos son los más perjudicados al tener que variar su ritmo de vida (sueño, comidas, etc); incluso hay quien asegura que el mayor grado de luz natural puede provocar estados más animosos en las personas. Realmente, según la opinión de expertos en psiquiatría, este hecho no se ha podido demostrar.
- Su vida doméstica variará. Usted tiene más tiempo para estar en la calle. Por ejemplo, si ahora anochece a las 20,00 horas, a partir del 30 de marzo el sol se pondrá a las 21,00 horas. Como consecuencia tiene una hora más de luz solar para disfrutar de la calle tras la jornada laboral. Aumenta el negocio de terrazas, polideportivos, etcétera.
- Usted se conectará más tarde a la televisión, posiblemente pasadas las 20,30 horas, consecuencia directa de tomar la calle entre el fin del trabajo y la cena en casa. Los expertos en medición de audiencias ven como el horario Prime Time - de máxima audiencia- cambia. Y finalmente, las cadenas claudicarán ante el calor del estío y se verán obligadas a cambiar la programación de esa franja horaria en función del cambio de audiencias.

Recuerde que sólo puede disfrutar de esta hora más de luz natural hasta finales de septiembre. Cuando llega el invierno no se puede mantener el horario de verano porque se trabajaría varias horas por la noche, con el consiguiente aumento del gasto en energía eléctrica.


Historia sobre el Cambio de Hora

El cambio horario tuvo su origen en el siglo XVIII año 1784, cuando el científico y diplomático estadounidense Benjamín Franklin en base a la idea del aprovechamiento diurno de luz natural planteó por primera vez adelantar los relojes una hora durante el verano, a fin de aprovechar mejor la iluminación natural y así consumir un menor número de velas para alumbrarse durante la noche. No obstante no llegó a ponerse en práctica.

En 1905 el constructor inglés William Willett concibió el horario de verano durante un paseo a caballo previo al desayuno, cuando se sorprendió pensando cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día de verano. Muy aficionado al golf, le disgustaba acortar su recorrido en el crepúsculo. Dos años más tarde, en Julio de 1907 publica su propuesta, aunque después de varios años de debates, William Willet fallece en 1915 sin ver aplicada su idea.

A raíz de la Primera guerra mundial y con el propósito de ahorrar combustible, el kaiser Guillermo II de Alemania decretó el inicio del cambio de hora el 30 de abril de 1916, que también se aplicó a sus aliados y las zonas ocupadas, siendo los primeros países europeos en emplear el horario de verano.

Varios países beligerantes y neutrales de Europa les siguieron, Rusia y otros países esperaron al año siguiente.
Estados Unidos al igual que España no lo hicieron hasta 1918. Desde entonces, se han producido muchas propuestas, ajustes y revocaciones.

Adelantar una hora los relojes durante los meses de mayor insolación demostró ser una medida tan eficiente que algunos países decidieron conservarla permanentemente.

Después de la Segunda Guerra Mundial, cada vez más países se han adherido al Horario de Verano, y las reglas para su aplicación se han ido desarrollando para ser lo más claras y universales posible.

En 1973 los países miembros de la OPEP impusieron un embargo petrolero de importantes consecuencias económicas, por lo que las naciones industrializadas comprendieron la urgencia de impulsar medidas del cuidado de la energía, que al mismo tiempo permitieran reducir la fuerte dependencia que actualmente se tiene de los combustibles fósiles, tales como el petróleo y el gas. En 1974 comenzó a generalizarse el cambio horario de verano, aunque de manera desigual.

El cambio de hora comenzó a generalizarse aunque de manera desigual a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.


Estimaciones de ahorro de energía

Según estimaciones del (IDAE), Entidad Pública Empresarial del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, en nuestro país, el ahorro en iluminación en el sector doméstico por el cambio de hora durante los meses que tiene efecto, es decir, desde final de marzo hasta final de octubre, puede representar un 5 por ciento. Si el consumo medio de una familia española es de 3.200 kWh., el ahorro sería de más de 6 euros por hogar y más de 60 millones de euros para el conjunto de ellos.

A ello habría que sumar, procedente del sector de comercio y servicios, un ahorro del 3 por ciento (más de 6 millones de euros) en concepto de reducción de consumo de aire acondicionado.

Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio horario se aplica con carácter indefinido. Dicha Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real decreto 236/2002, del 1 de marzo.

El carácter indefinido de la aplicación del cambio de hora se ha adoptado por entenderse que "el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo".

La Novena Directiva de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea, establece con carácter permanente las fechas de inicio y fin del periodo, en las cuales (adelantamos el reloj 1 h. el último domingo del mes de marzo a las 2h. AM) y (retrasamos el reloj 1 h. el último domingo del mes de octubre a las 3h. AM) ambas horas en (HL) de España; lo que en (TU) se correspondería a la 1h. AM. en ambas fechas.

No obstante, cada cinco años, la Comisión debe publicar, en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas, un comunicado que incluirá el calendario de fechas de principio y fin del cambio de la hora oficial de verano-invierno para los cinco años siguientes.

Independientemente del cambio de hora, el IDAE recomienda que todos los ciudadanos contribuyamos al ahorro de energía haciendo un uso inteligente de la iluminación en nuestros hogares: seguir determinadas pautas puede permitirnos, sin renunciar al confort, ahorrar hasta 100 euros al año, además de evitar emisiones contaminantes a la atmósfera.