La calidad de los grupos, nota destacada del Festival Internacional de Folklore.
Miguelturra vivió en la noche del sábado la XXIII edición del Festival Internacional de Folklore ‘Villa de Miguelturra’. La reunión sobre el escenario de dos propuestas folklóricas tan lejanas, en lo geográfico y en lo cultural, como las de Chile y Bielorrusia aseguraba a los asistentes una velada con una gran riqueza y variedad. Con la calidad que demostraron los grupos BAFOCHI (Ballet Folklórico de Chile), ‘Radost’ (la Compañía de Danza de la ciudad de Brest) y Nazarín el público, que registró al término de la noche una buena entrada en las gradas del Auditorio Multifuncional, pudo disfrutar de un gran espectáculo cultural.
El Festival comenzó con una primera intervención de los organizadores, el grupo local Nazarín, interpretando dos piezas: Jota de Villamayor y Rondeña de Herencia. A continuación, los chilenos llenaron de originalidad el escenario con danzas que expresaban mezcla de tradiciones populares y de homenaje a uno de los grandes nombres de la cultura de su país: Pablo Neruda. El Ballet Folklórico de Chile consiguió sorprender al público con unos bailes en los que el protagonismo era para el fuego y con otros donde la poesía de Neruda se hacía danza.
El tercero de los grupos en intervenir, la compañía Radost de Bielorrusia, aportó al Festival el colorido y espectacularidad tradicionales de las coreografías de los países del este, interpretando tradiciones de su pueblo e incluso simbolizando sobre el escenario una historia de amor. Por último, la despedida del Festival llegó con el grupo organizador, Nazarín de Miguelturra, con otras tres danzas de su repertorio.
El Festival ‘Villa de Miguelturra’ está organizado por Nazarín con el patrocinio del Ayuntamiento de Miguelturra y la colaboración de la Diputación Provincial de Ciudad Real y la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla -La Mancha. Los responsables del colectivo organizador se mostraban muy satisfechos con la actuación de los grupos, catalogando su calidad ‘impecable: tanto Chile como Bielorrusia han demostrado una gran altura’.
