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OMIC

Inspección de Consumo

La inspección de consumo es el conjunto de acciones encaminadas a examinar o reconocer si un establecimiento, producto o servicio, cumplen con lo establecido en la legislación vigente, prestándose especial atención a aquellos aspectos que puedan afectar en mayor medida a la salud, seguridad e intereses económicos de los consumidores y usuarios.


 Actividades de la inspección de consumo

  • Control Sistemático del Mercado: consiste en la realización de controles e inspecciones de todo tipo de productos y servicios, con el objeto principal de verificar su adecuación a la normativa vigente en cada caso, distinguiéndose dos grandes líneas de actuación: por un lado, acciones de carácter básico y permanente, que se concretan en Programas de Control Sistemático, de todos los sectores (alimentación, industrial y servicios), bienes de consumo y servicios integrados en el ámbito competencial de consumo.; y de otro lado, actuaciones encaminadas a ordenar sectores concretos (Academias de Enseñanza Privada no reglada, Talleres de Reparación de Vehículos, etc...) a través de Campañas Específicas de Control de Inspección.
  • Control de Calidad de los productos, servicios y bienes de consumo existentes en el mercado, con el fin de detectar la posible existencia de adulteraciones, fraudes o incumplimientos de las normativas sobre etiquetado, composición y seguridad, a través de los oportunos Programas de Tomas de Muestras, coordinados con el Servicio Provincial de Consumo.
  • Comprobación de denuncias y reclamaciones, presentadas por consumidores, en relación con hechos acaecidos en establecimientos que, presuntamente, vulneraron los derechos como consumidores
  • Asesorar a los agentes de mercado, para favorecer el correcto cumplimiento de las normativas y la extensión de las buenas prácticas comerciales o de fabricación, con las que mejorar cualquier aspecto de la calidad de bienes y servicios, y de la información que se proporciona a los consumidores

 

Redes de alerta

Es un sistema basado en el intercambio rápido de información entre las administraciones encargadas del control de mercado, sobre un producto que pueda suponer un riesgo para los consumidores.
Este sistema se apoya en el Real Decreto 1801/2003, sobre seguridad general de los productos, y el objetivo principal es garantizar que los productos puestos en el mercado sean seguros. También establece qué medidas se pueden adoptar frente a productos que presenten riesgo.
Los productos introducidos en la red de alerta nacional más habituales suelen ser juguetes, lámparas, productos eléctricos, artículos infantiles (chupetes, cunas...), etc.